Apple siempre ha puesto como punto de partida la integración y sincronización entre todos sis dispositivos, generando un ecosistema que se beneficia tanto Apple como los usuarios. En este post, vamos a ver como Apple busca la integración para obtener un mayor beneficio económico, ahorrar costes de producción y mejorar la experiencia de usuario.
Procesadores multiequipos
Desde hace años, Apple siempre había utilizado las configuraciones de software y hardware para llevar a cabo una comunión perfecta entre sus dispositivos. Sin embargo, dentro de esta unión existían límites, por ejemplo, el límite de los Maceran los procesadores Intel, unos procesadores de terceros que no eran capaz de brindar todo lo necesario a sus equipos. Por ello, Apple buscaba alternativas vías software para subsanar ese problema. Este condicionamiento no existía en casi ningún otro sector de La Manzana Mordida, ya que los iPhone tenían su propio procesador y los iPad obtenían una versión mejorada de este para dotar a los usuarios de una potencia extra en sus trabajos, edición gráfica y vídeo.
Con el lanzamiento de los Apple Silicon, Apple solucionó el limitante de Intel, consiguiendo otro hito, dotar a todos sus equipos de procesadores generados por el departamento de ingeniería y diseño de Apple y no tener que depender de terceras personas. Ahora bien, ¿cómo se desarrollaron los Apple Silicon? Los Silicon se desarrollaron como consecuencia de la experiencia y el desarrollo que habían obtenido de los chips para sus iPhone e iPad, mejorando sus prestaciones para obtener uno de los mejores procesadores del mercado. La búsqueda de un ecosistema propio, con una sincronización entre hardware y software, da como resultado un procesador para cada segmento de mercado.
Todos para uno y uno para todos
Uno de los motivos de que los usuarios de Apple les gusta tener todos los productos de la compañía es la sincronización que se produce entre ellos. No obstante, Apple también obtiene beneficios de ello y no solo por su incremento de ventas, sino por los ahorros de costes.
Ejemplos claro de ello son los nuevos HomePod de segunda generación, que tiene el chip S7, el mismo procesador que tienen los Apple Watch. Apple, en una misma cadena de suministro, abastece a dos productos. Otro ejemplo lo tenemos con los Apple Silicon de primera y segunda generación, ya que los iPad Pro tienen el chip M2, mismo chip que los nuevos MacBook Air, MacBook Pro y Mac mini. Misma tesitura con la primera generación, el cual lo portan los iMac y los iPad Air y anteriormente el iPad Pro. Este ejemplo es extensible en los Apple TV, iPod Touch en su momento o en los iPad de estudiantes.
Utilizar varios procesadores para diferentes productos permite ahorrar costes y mejorar el ecosistema, el cual se potencia con las suscripciones y la compra de aplicaciones de Apple, ya que puedes descargarte una app y utilizarla en todos los dispositivos compatibles.
A modo de conclusión, años tras año, las marcas intentan conseguir los resultados similares de ecosistema y sincronización pero sin llegar a las cotas de éxito de la firma californiana. Apple ha hecho un gran trabajo generando un beneficio simbiótico, es decir, aumenta sus beneficios mientras que los usuarios disfrutan cada vez más de un mejor ecosistema.
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